En los últimos tiempos, la neurociencia está desvelando secretos apasionantes del cerebro, pero también está difundiendo algunas ideas que causan confusión. Por ejemplo, Eric Kandel, premio Nobel de Medicina, ha llegado a afirmar que «el cerebro construye nuestra experiencia sensorial, nuestros pensamientos y emociones, y controla nuestras acciones». Es fácil interpretar este tipo de afirmaciones de manera que releguemos al ser humano a una especie de robot biológico, un ser incapaz de cambiarse a sí mismo. La lógica dice lo contrario, y la capacidad de aprender demuestra que no es así.
Esta emergencia sanitaria nos trae dos ideas que parecían haberse desvanecido en esta hipermodernidad: la del ser humano vulnerable y la del valor clave que tiene la comunidad
Nos encontramos en estos días de comunicaciones instantáneas, Internet y redes sociales inmersos en un impactante trauma global. Nos sentimos pasmados frente a algo inesperado y desconocido a pesar de este cúmulo formidable de información que recibimos en tiempo real y esta posibilidad de conocer y pronosticar los acontecimientos futuros al detalle como nunca antes en la historia. Todo esto nos trae a cuenta dos ideas que de alguna manera parecían haberse desvanecido en esta hipermodernidad: la del ser humano vulnerable y la del valor clave que tiene la comunidad.
La crisis del coronavirus que asola al mundo entero tiene distintas secuelas: por supuesto una primaria que tiene que ver con una crisis sanitaria y, como consecuencia de esta, una crisis económica y social; pero también se liga con un gran impacto en las emociones y en los comportamientos individuales y sociales.
La psiquiatra y psicoanalista francesa Marie-France Hirigoyen, que acuñó el concepto del acoso moral, publica en español su libro ‘Los narcisos han tomado el poder’
LA ANFITRIONA recibe junto al inevitable diván en su gabinete de la Rue Racine, en el cogollo del Barrio Latino de París. Aquí suele acoger a toda esa pléyade contemporánea de almas en pena por motivos de estrés, depresión, adicciones, disputas familiares, acoso laboral, acoso sexual y el menos evidente (pero no el menos dañino) de los acosos: el moral. Algo sabe de eso Marie-France Hirigoyen (Coulaines, Francia, 1948): fue ella quien acuñó el concepto en 1998 en su libro El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana, verdadera piedra de toque para lo que acabaría suponiendo su inclusión en el Código Penal francés, con castigos de hasta dos años de prisión para el empleador que acose o permita el acoso. Luego vinieron otras incursiones editoriales por los males de nuestra era, como El acoso moral en el trabajo, Mujeres maltratadas o Las nuevas soledades. Todos estos libros, al igual que Los narcisos han tomado el poder, han sido publicados en español por Paidós. Hirigoyen, que se formó en Estados Unidos y llegó a colaborar con el FBI en un estudio sobre asesinos en serie, es una de las grandes expertas mundiales en victimología y violencias de tipo psicológico, perverso y terrorista. También fue asesora del presidente de la República Francesa Jacques Chirac —hoy fallecido— para cuestiones relativas al acoso y los malos tratos.
También influye en nuestra fortaleza mental, lo que se conoce como resiliencia: ayuda a afrontar los traumas vividos y aprender de ellos y utilizarlos como parte de nuestro crecimiento personal
Cuenta Luis Moya Albiol, catedrático de Psicobiología de la Universitat de València, que de niño disfrutaba haciendo teatro y le gustaba ponerse en el lugar de los personajes para acercarse a su forma de sentir, de pensar y de actuar. Sin conocer siquiera todavía el término, el hoy doctor en Psicología estaba trabajando la empatía, una capacidad a la que ya en la adultez ha dedicado años de estudio y tres libros, el último de ellos Educar en la empatía, el antídoto contra el bullying(Plataforma Editorial).