
El miedo en este tipo no siempre se manifiesta, no siempre es observable, sino que puede ser sustituido por un estado de ansiedad que lo oculta y difumina. La ansiedad es como una alarma congelada ante un peligro difuso e imaginario. Dado que la vida, para este rasgo, siempre es amenazante busca algo o a alguien que lo pueda proteger o a quien proteger.
La profunda inseguridad del tipo 6 tiene su origen temprano en la necesidad de renunciar a los propios impulsos a fin de ser aceptado por el entorno familiar, unida al hecho de que esa renuncia, ese hacerse «bueno» consigue tanto la aceptación del entorno como un cierto apaciguamiento de la culpa.
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