Mariano Sigman, neurocientífico: “La soledad es tóxica, tener con quien hablar es un enorme paracaídas para la salud”

En ‘El poder de las palabras’ el investigador repasa toda la ciencia que respalda la extraordinaria capacidad de la conversación y cómo hacerla funcionar

El neurocientífico Mariano Sigman durante la entrevista en Madrid.
El neurocientífico Mariano Sigman durante la entrevista en Madrid. MOEH ATITAR

JAVIER SALAS

19 OCT 2022 – 05:20 CEST

Hay un chiste que resume a la perfección buena parte de los problemas sociales actuales, según el neurocientífico Mariano Sigman (Buenos Aires, 49 años). Es ese en el que un conductor, con el neumático pinchado, decide acudir a una casa cercana a pedir un gato para cambiarla. Y se va imaginando que molestará a ese vecino, que será un maleducado, que no querrá ayudarle. Y al llegar allí, cuando el hombre abre la puerta amablemente, el conductor —que se ha ido enojando solo— le espeta: “Métete el gato donde te quepa”. “No conoces al otro y proyectas sobre él todo tipo de prejuicios, y si tus predisposiciones son tóxicas, lo vas a odiar. Muchas veces nos perdemos una oportunidad de hablar con el otro porque hemos caído en ese pozo del prejuicio; si no le das una oportunidad, nunca funciona la conversación”, explica Sigman, que acaba de publicar un gran tratado en defensa del diálogo desde las pruebas científicas: El poder de las palabras (Debate).

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“Me enfadé con mi mejor amiga y no volví a tener lo mismo con nadie”: así nos daña el duelo de perder una amistad

Varias mujeres narran qué han sentido y por qué cuesta tanto el poner fin a una amistad.

MARÍA GARCÍA SAN NARCISO | 10 NOV 2021 14:13

La periodista Rebecca Traister explicaba en The New York Times que la amistad femenina ha sido la base de la vida de las mujeres desde que han existido. Cuenta que en otras épocas se recurría en muchas ocasiones al matrimonio por razones económicas, por lo que era más difícil que encontraran en la pareja el apoyo emocional o intelectual que necesitaban. Eran entonces las amigas las que ofrecían esa estabilidad íntima.

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