La tristeza y la depresión están vinculadas entre sí, pero no son lo mismo, de hecho, un abatimiento prolongado podría ser una señal de algo más grave

Alexandra Roiba
La tristeza y la depresión pueden confundirse debido a la similitud de sus emociones, sobre todo cuando la segunda se encuentra en su fase inicial. Sin embargo, se trata de dos conceptos muy diferentes entre sí y de una gravedad y prolongación en el tiempo dispares. La tristeza es una emoción natural en el ser humano, un estado mental transitorio derivado, a menudo, de situaciones negativas. De hecho, la tristeza es una de las emociones que predominan a lo largo de la vida de una persona.
En cambio, la depresión consiste en un trastorno psicológico que, entre otros muchos síntomas, suele caracterizarse por un sentimiento de profunda tristeza que permanece en el tiempo. Y puede llegar a impedir a la persona con depresión el normal desarrollo de su vida. Una enfermedad incapacitante que inhibe sensaciones como la felicidad, la ilusión o el placer. También afecta a las funciones cognitivas, entorpeciéndolas, principalmente la capacidad de concentración y atención, además de la memoria.
¿Cómo diferenciar la tristeza de una depresión?
Prestar atención a si se trata de una u otra es clave para identificar el estado de salud mental en el que se encuentra una persona, sobre todo después de un suceso especialmente dramático o traumático. Es precisamente el innegable vínculo entre ambas el que puede dar muchas pistas sobre ello.
Sin ir más lejos, una tristeza prolongada en exceso podría derivar en una depresión. Algo que requeriría de un diagnóstico emitido por personal médico profesional, quienes también darían las indicaciones necesarias acerca de cómo proceder para iniciar un tratamiento.
Principales diferencias de la tristeza y la depresión
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La tristeza es pasajera, la depresión no. La tristeza supone un estado de ánimo transitorio que cumple una función adaptativa. Pero la depresión es algo crónico, una sensación de malestar crónica que, dentro del cuadro emocional que presenta, la tristeza es una de las emociones más marcadas.
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La depresión incapacita. El estar triste no suele impedir realizar las tareas cotidianas o las labores del día a día. En cambio, la depresión sí afecta de lleno a estos aspectos de la vida y suele ser uno de sus principales síntomas delatores. Las personas que la padecen no consiguen realizar sus trabajo o llevar a cabo sus estudios con normalidad. Las relaciones sociales también se ven directamente afectadas.
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Las neuronas funcionan de forma distinta. Una persona triste no deja de tener una actividad neuronal considerada como normal. No sucede lo mismo con las personas con depresión, que presentan un funcionamiento neuronal inferior en determinadas zonas del cerebro.
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