La envidia se manifiesta como un estado emocional doloroso, un estado de carencia y un ansia por satisfacer esa carencia. Lo excesivo del ansia de amor impide saciarse y estimula mayor frustración y dolor, perpetuando el sentimiento de escasez, de carencia. Nunca se siente feliz con lo que tiene y siempre mantiene una cierta esperanza de obtener lo que le falta, lo que necesita, que se traduce en una constante demanda. Cree que lo que necesita siempre es algo que viene de fuera.
El hambre de amor, la voracidad característica de la envidia tiene su origen temprano en el sentimiento infantil de carencia, de frustración, de celos frente a otra persona que sí posee aquello que uno necesita.
– Comportamiento observable: disciplinados, tenaces, dependientes, sacrificados, pesimistas, melancólicos, siempre insatisfechos, con una profunda nostalgia y una referencia al pasado y a las dificultades del pasado que se pueden expresar en queja, reproche y amargura o en una actitud más cínica, competitiva y vengativa
– Comportamiento interpersonal: dependiente, capaz de sacrificarse y humillarse para mantener el amor del otro, hasta el punto de la autoesclavización que contribuye a mantener la frustración y el dolor, pero que también da derecho a una actitud de superioridad. La adicción al amor se manifiesta en la dependencia y el apego a relaciones frustrantes.
– Estilo cognitivo: en el pensamiento 4 está siempre presente la comparación, las cosas se ven en clave de más o menos y está muy teñido por la intensidad de su emotividad. La invasión emocional genera mucha confusión, una dificultad para ver la realidad fríamente o con objetividad, puesto que el sentimiento domina la percepción. La necesidad de ser especial potencia el desarrollo de la sensibilidad artística, de la imaginación, del ingenio y de la profundidad emocional como formas de lograr admiración.
– Autoimagen: la percepción de la envidia, que a veces sólo se manifiesta a nivel consciente como vergüenza, genera una mala imagen de sí. Los sentimientos negativos, el sentido del ridículo, la inclinación a la vergüenza, el sentimiento de inadecuación, la autodenigración están muy presentes. El sufrimiento desempeña un papel liberador, la capacidad masoquista de sacrificio mejora la imagen interna, como si el sufrimiento elevara la imagen. En el mismo sentido funciona un superyó rígido, con gran peso de componentes de tenacidad y disciplina y propensión a la culpa.
– Representaciones objetales: la representación del otro está intensamente teñida por la envidia (los otros tienen algo que a él le falta). La comparación está siempre presente en lo sexual, físico, intelectual, social… La tendencia es la de idealizar al otro y querer ocupar su lugar, bien sea poniéndose a su servicio, desde una actitud de admiración y amor dependiente, o desde la competencia.
– Mecanismos de defensa: el mecanismo del 4 es la introyección, concretamente introyección del conflicto entre lo bueno y lo malo del otro que tiene lo que yo necesito, pero no me lo da.
– Organización morfológica: el sufrimiento se manifiesta en el rostro en la expresión de tristeza, que sólo momentos de mucha jovialidad hacen desaparecer. Se diría que su cuerpo, como su cara, refleja también el peso de la vida. La carga energética está contenida y con aspecto de poder explotar en cualquier momento.
– Estado de ánimo / temperamento: el pesimismo domina el estado de ánimo, aunque ocasionalmente puedan mostrarse muy divertidos, pero siempre hay una lectura pesimista y desesperanzada de la vida. Junto a la exageración de la posición de victimización, se puede percibir la disposición exigente y reclamadora.
– Manejo de la agresividad: la envidia, la comparación conlleva un talante agresivo, competitivo, que puede estar muy bien envuelto en la identificación con las víctimas y en la capacidad de sufrimiento y sacrificio. Pero la rabia y el odio surgen de manera incontrolada, a veces incluso contra la propia voluntad.
– Manejo de la sexualidad: el deseo desempeña un papel muy importante en la sexualidad del eneatipo 4, deseo que responde más que a la necesidad real a un anhelo de unión, de conexión. La comparación entre la realidad del encuentro y la fantasía, como tal siempre perfecta, abona el camino de la insatisfacción. Esta insatisfacción, este anhelo que nunca se llena, es característico de la sexualidad del eneatipo 4. Además, es frecuente no valorar la sexualidad de la pareja hasta que se pierde, momento en que vuelve a alcanzar todo el valor, ya que siempre se anhela lo que no se tiene, lo que falta.
LA PAUTA INFANTIL
Los Cuatro consideran que no se parecen a sus padres; muchos dicen haber fantaseado que en el hospital los cambiaron por error, o que son huérfanos o hubo algún tipo de sustitución. Esto suelen expresarlo como el sentimiento de que sus padres no los «veían», de que no conectaban con ellos o viceversa. Desde el punto de vista psicológico, creen que no tuvieron un buen reflejo, o por lo menos el reflejo de las verdaderas cualidades y talentos que podían formar parte de su identidad en desarrollo (en la teoría de los sistemas familiares, tienden a identificarse con el papel del hijo extraviado/perdido). La consecuencia es que creen que tiene que haber algo tremendamente equivocado en ellos, lo cual los lanza a una «búsqueda de sí mismos» que puede durar toda la vida. Piensan: «Si no me parezco a mis padres y no me veo en ellos, ¿quién soy entonces?». Esto también los predispone a concentrarse en lo que les falta, lo que les falta en sí mismos, en su vida y en sus relaciones. Se sienten abandonados e incomprendidos por sus padres, y después, por otras personas importantes.
A consecuencia de esta pauta, los Cuatro reaccionan con fuerza a las personas que activan ese deseo de reflejarse, de ser vistos y valorados por quienes son. En el fondo, siempre buscan a la madre y al padre que creen que no tuvieron. Es posible que idealicen a otras personas como «salvadores» que los rescatarán de su lamentable situación. Pero con la misma facilidad suelen .sentirse decepcionados y furiosos con los demás por abandonarlos o por no ver como es debido sus sufrimientos y esfuerzos personales. Consideran a la otra persona fuente de amor y belleza, cualidades que ellos creen no tener, lo cual los expone a la expectativa de que sea la otra persona quien los complete y al miedo terrible de ser abandonados; las personas que no encajan en uno de estos marcos posibles tienden a interesar muy poco a los Cuatro de la franja media; es como si quienes no les produjeran fuertes reacciones emocionales fueran algo menos reales. Debido a las dudas sobre su identidad, tienden a jugar al «escondite» con los demás: se esconden, pero con la esperanza de que se advierta su ausencia. Intentan ser misteriosos e inspirar curiosidad, para atraer a alguien que se fije en ellos y los redima con su amor. Pero la ocultación y la revelación se alternan, y se pueden expresar con tal intensidad y necesidad que, sin darse cuenta, ahuyentan al ansiado salvador. Mientras no reconozcan esta pauta y vean lo poco realistas que son sus expectativas para con sus íntimos, corren el peligro de alejarlos con sus exigencias emocionales.
Añado a continuación un breve vídeo explicativo sobre lo que es el enegrama, creado por Jordi Pons, psicólogo de Barcelona, gran conocedor del enegrama, y muy activo en YouTube
Bibliografía
-Durán, C.; Catalán, A.: Eneagrama. Los engaños del carácter y sus antídotos. Ediciones Kairós. Primera edición: 2009.
-Naranjo, C.: Carácter y Neurosis. Una visión integradora. Ediciones La Llave. Primera edición: 1996.
-Don Richard Riso & Russ Hudson: La sabiduría del Eneagrama.
-Moriel, R.: Con los Pies en el Techo (Blog de Rafael Moriel). Eneagrama. http://rafaelmoriel.blogspot.com.es/p/eneagrama_14.html
-Peña, Alberto: Eneagrama: https://www.youtube.com/watch?v=f3quviXrczw
-Pons, Jordi: Eneagrama: http://www.psicologo-barcelona.cat/eneagrama/